Historias para pensar

Cierto día caminaban juntos por un sendero, un joven aprendiz y su sabio maestro, el maestro noto como el joven por algunos días parecía estar ausente, y que no disfrutaba del paisaje y peor aun de su compañía, entonces le pregunto cual era el motivo de su angustia, el joven sabiendo que su maestro era muy sabio intento exponer su problema de una forma que pareciera que no lo era y que lo tenia controlado, el joven paso a describir así su problema:
-"Querido maestro tu sabes que existe una persona en mi vida que me importa su amistad y que para mi es alguien especial en la que confió y nunca pensé que me fuera a fallar, pero me equivoque y quizás no era del todo sabio por mi parte al intentar querer pensar que todas las personas importantes en la vida sin motivo aparente me fallen, pero de esto puedo aprender"
El maestro se quedo pensando cual seria la lección que el joven había sacado de estas situaciones y le pidió por favor que le expusiera la lección que había aprendido, y el joven prosiguió:
-"Querido maestro yo se que somos humanos y que todos podemos equivocarnos, pero de esto aprendo que todos incluso aquellas personas que son especiales nos pueden fallar y que solo podemos confiar en uno mismo"
Entonces el maestro le felicito por su conclusión y le dijo:
-"Mañana nos iremos al rió y allí podrías recordar todo lo bueno y todo lo malo que te a hecho esta persona y luego haremos algo con esos recuerdos, mañana te diré el que"
Entonces el joven se puso a pensar en todo lo bueno y todo lo malo que le hizo pasar aquella persona y a la mañana siguiente el maestro le dijo:
-"Seguramente habrás recordado todas las cosas buenas y todas las cosas malas que te a acontecido a lo largo de tu relación con esa persona, así que elige uno bueno y uno malo, - y así hizo el joven - y ahora escribelas para poder recordar la lección que aprendiste"
El joven enseguida le respondió:
-"Pero maestro no tengo libreta para apuntar, ¿donde lo escribo?"
Y el maestro le dijo:
-"Mira alrededor ¿que podemos usar?"
Y el joven mirando todo alrededor le dijo:
-"Maestro solo podemos usar el suelo para escribir en el"
El maestro le dijo:
-"Muy bien pues usalo, escribe en la tierra el recuerdo malo que tienes, utiliza una piedra que sea grande y que pueda marcar profundamente la tierra para que no se borre el recuerdo"
El joven así lo hizo grabo profundamente la tierra y cuando acabo le dijo:
-"Maestro ya lo hice y ahora ¿donde escribo el recuerdo bueno?"
El maestro le dijo:
-"Puesto que la tierra ya la usaste para escribir, toma la piedra y graba le una marca, luego dejarla junto a la tierra"
Entonces el joven hizo precisamente así, y cuando acabo, el maestro le dijo que todos los días que pasara por aquí recordarías la lección que el había aprendido.
El joven orgulloso de ver como el maestro lo había alabado por haber sacado una conclusión buena, al cabo de unos días se dispuso a volver para ver su obra, y así lo hizo, cuando regreso a casa el maestro le dijo:
-"¿Viste tu obra?, ¿recordaste tu lección?"
Y el joven sacando la piedra del bolsillo le dijo:
-"Maestro alguien lo destrozo todo, las marcas del recuerdo malo estaban casi borradas, solo quedo la piedra intacta tal como lo deje"
Y el maestro le contesto:
-"Querido aprendiz nadie destrozo tu obra pero en la vida, cuando alguien nos ofende, debemos escribirlo en la tierra, donde el viento del perdón se encargue de borrar lo que escribimos, pero cuando alguien hace algo bueno por nosotros debemos grabarlas en la piedra de nuestra memoria donde ningún viento pueda borrarlo"

Y tu ¿donde escribes tus recuerdos?

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